Cocinar es una actividad que nos apasiona a muchos. Sin embargo, hay un enemigo común que puede frustrar hasta al chef más experimentado: ¡la comida pegada al sartén!
No te preocupes, ¡no estás solo! A todos nos ha pasado alguna vez. Pero no hay que desesperarse, porque hoy te traemos una solución sencilla y efectiva para que puedas disfrutar de tus creaciones culinarias sin contratiempos.
El héroe inesperado: la sal
Así es, este ingrediente básico de la cocina puede ser tu mejor aliado para evitar que la comida se pegue.
¿Qué se debe hacer?
- Coloca el sartén a fuego medio
- Una vez caliente, agrega un puñado de sal
- Con una cuchara de madera mezcla y distribuye la sal en todo el sartén hasta cubrirlo por completo
- Deja que la sal se cocine hasta que se torne en un color amarillento
- Con un paño de cocina frota el interior del sartén (con cuidado para no quemarse)
- Por último deja enfriar el sartén a temperatura ambiente
Después de que se enfríe el sartén, la sal utilizada no se puede volver a ocupar ya que no es buena para el consumo debido a que ‘recogió’ lo desechos que arrojó el utensilio.
Listo. Después de aplicar este truco tendrás un sartén disponible al que no se le pegará la comida.